María José Crespo (Tijuana B.C., 1991) es una artista visual de la ciudad fronteriza Tijuana, B.C. Su práctica observa y reflexiona sobre las fronteras, las estructuras que sostienen sus funcionamientos, así como los espacios y violencias que producen.

Experimentar la distancia entre Tijuana y Rotterdam, le ha permitido extender sus procesos de investigación, contrastando su experiencia local con el funcionamiento de diversas fronteras y territorios.

En el puerto de Rotterdam ha presenciado el enorme flujo de bienes y su conectividad. Sus exploraciones oscilan entre la

revisión de archivos, las caminatas en sitio, los espacios virtuales que evidencian la hipervigilancia a la que los cuerpos que transitan por las fronteras son sometidos, así la incertidumbre y ambigüedad que provocan estos espacios.

Crespo se encuentra atravesada por la frontera, y reflexiona como ésta se extiende a diversos campos: el tránsito  de los individuos, los intercambios culturales, normatividad, acuerdos impuestos. Vivir en la frontera implica vivir bajo el régimen de una línea que muta, que es permeable y que se presenta tan imponente como frágil. A su vez, abordar las fronteras supone revisar el concepto e implicaciones del poder del Estado y

como las leyes s e proclaman y traducen materialmente en francos o límites.

Para el Vol. 10 de Material Art Fair, la artista presenta una instalación en torno a la idea de estar en medio y su traducción en lo que Crespo llama "visualidades e d r a e h d e n t r o , e l a s ms e m s i i t t o r m a t r i c a n i e s , espacios y acuerdos que ponen en tensión los límites de lo legal. En sus procesos la artista rescata y reinterpreta símbolos y documentos que refieren a la frontera, para c r e a r ambientes donde encontramos un obelisco colapsado, collages que integran mapas y tratados de agua con elementos escultóricos, o graffitis rescatados de imágenes compartidas en un chat de la policía turística. Estos elementos -que pertenecen a un territorio determinado- aparecen mediados desconfigurados por la subjetividad de la artista, y vuelven evidente la arbitrariedad en la que coexisten.