top of page

Create Your First Project

Start adding your projects to your portfolio. Click on "Manage Projects" to get started

Tijuacolor: Antología de lo urbano

Una línea no define una frontera, sin embargo, una frontera sí determina el territorio a ambos lados de la línea que instaura y en la cual se sustenta. Una frontera, como toda línea, es tautológica. A partir de su aparición, tanto en el territorio como en la página en blanco, una nueva existencia acontece; su devenir es, fundamentalmente, una reacción ante la emergencia de su propia presencia. No un campo de acción, sino una cadena en reacción. Por eso en toda línea, como en cualquier frontera, reside el más primigenio lenguaje del límite: a partir de la nada, súbitamente lo es todo. A esto se debe que la línea y la frontera sean la cabal manifestación de los extremos. Y como tal, ese protolenguaje antes de comunicar un mensaje, expresa intuitivamente una amenaza. No importa desde qué orilla se observa, el espectacular al margen de la carretera en la frontera norte de México, entre San Diego y Tijuana, hace un llamado sin metáfora: aquí termina esto y aquí comienza aquello, llámese patria, esperanza, home, blessing o maldición; en Mexamérica, toda historia tiene cabida.
El artista Hugo Crosthwaite ha sido testigo de esta doble condición al haber crecido en Tijuana y Rosarito, primero, y al haber realizado estudios universitarios y desarrollado una vida siendo adulto en San Diego, después, lo cual le ha permitido presenciar de manera directa la paradoja de las ciudades fronterizas, una realidad con un carácter por igual aberrante y fascinante. Su testimonio, en cambio, ha sido de temperamento documental, de no ficción pese a lo absurdo e inverosímil que pueda parecer a primera vista la antología de
relatos visuales de su obra-palimpsesto. En sus dibujos, pinturas, murales y animaciones en stop-motion, Crosthwaite traza una relación de hechos que, aunque son narrados en primera persona, apelan a una colectividad; su obra reescribe incesantemente una misma y empecinada crónica basada en la experiencia compartida desde lo cotidiano. El caos electrizante de dos contextos culturales (no pocas veces complementarios) y dos extremos políticos (frecuentemente contradictorios) que comparten un solo territorio. Y aún más, dos polos dispuestos en espejo que hacen posible el surgimiento de la frontera más cruzada del planeta; la cual, a la vez, los separa y une, los funde en una misma línea.

Provisto de lápiz, tinta y pintura acrílica que aplica en hojas de colores pertenecientes a cuadernillos del tamaño de un bolsillo, sobre telas de gran formato o muros públicos y privados que reclaman días de asiduo trabajo, la dupla ojo-mano de Hugo Crosthwaite va registrando el pulso de vivir en medio, atravesado, por esta liminar circunstancia. Pero su ejercicio no se reduce a “ilustrar” ciertos temas de un “turismo canibal”, la pertinencia de su
práctica radica en que hibrida relatos visuales junto a historias orales que emergen específicamente en la región que se extiende a lo largo de los 41 kilómetros lineales entre las ciudades de Tijuana y San Diego, y que tiene como único punto legal de tránsito la Garita Internacional de San Ysidro. Así señala el artista algunos de los asuntos de su atención: “la inmigración, el narcotráfico y las idiosincrasias de la ciudad de Tijuana”, citando para ello “viejos y actuales estereotipos de cómo los ciudadanos estadounidenses ven
a México y a los mexicanos, especialmente con la retórica de la política actual”.
En este sentido, la obra de Crosthwaite emplaza en la conversación pública la noción de border, y con un sentido del humor que ha enriquecido el paso de los años, expone que una forma de lidiar con los límites es bordeándolos; es decir, rodear con suma proximidad lo ajeno hasta hacerlo propio, o bien, hasta hacer colisionar todo indicio de cualquier línea o frontera. Ni esto ni aquello, gloria y perdición traspuestos en un dilema con forma de “ye” por el que transcurre una cifra innumerable de vidas diariamente. Esto es Tijuacolor, bienvenidos.


La obra de Crosthwaite emplaza en la conversación pública la noción de border, y con un sentido del humor que ha enriquecido el paso de los años, expone que una forma de lidiar con los límites es bordeándolos; es decir, rodear con suma proximidad lo ajeno hasta hacerlo propio, o bien, hasta hacer colisionar todo indicio de cualquier línea o frontera


Hugo Crosthwaite es un dibujante oriundo de la ciudad de Tijuana B.C.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte
-Fonca 2020.
Recibió el primer lugar del Outwin Boochever
NationalPortrait Award 2019 del Smithsonian
National Portrait Gallery de Washington DC, U.S.A.
También recibió el gran premio de adquisición XI
Bienal de Monterrey FEMSA 201 5. Fue parte de la
Selección Oficial en corto de animación del 1 8vo.
Festival Internacional de Cine de Morelia 2020 y del
26vo. Festival Internacional de Cine de Guanajuato
2023.


Curador invitado: Christian Barragán

  • artsy -01
  • Facebook
  • Instagram
bottom of page